3 claves del caso de acoso sexual laboral que involucra al expresidente de ASOBANCARIA
El caso
Hace pocos días, el diario El Espectador de Colombia revivió uno de los casos más sonados y recientes de acoso sexual laboral de dicho país. Un caso que si bien derivó en la renuncia del entonces presidente de la Asociación Bancaria y de Entidades Financieras de Colombia (Asobancaria), aún no culmina.
El 1 de noviembre de 2022, María Clara Sarmiento, coordinadora del área de comunicaciones de dicha institución, presentó una carta donde comunicaba su renuncia y señalaba la razón: el beso en la boca que un día atrás le dio el presidente de Asobancaria, Hernando José Gómez Restrepo, sin su consentimiento “expreso ni tácito y de manera forzosa”.
Una semana después, Gómez Restrepo presentó una carta a la Junta Directiva de Asobancaria, donde no sólo manifestaba sentirse sorprendido, sino que reconocía que el beso se dio, aunque “el relato no corresponde a lo sucedido”. Para él, se trató de un “beso de labios cerrados (...) que duró lo que dura un saludo, no más de dos segundos”. Asimismo, Gómez Restrepo reconoció que Sarmiento manifestó en ese instante su desacuerdo, señalando que trató de disculparse ante lo que, a su criterio, fue una “reacción espontánea, no premeditada y sin intención de ofender”. Cuatro días después, renunció a la organización.
Si bien el caso fue derivado a la Fiscalía para que sea investigado, este fue archivado y sólo ha vuelto a activarse luego de que El Espectador publicara nuevas evidencias (capturas de mensajería instantánea) que demuestran que el beso en la boca fue únicamente una muestra más de una historia de acoso sexual sistemático y sostenido en el tiempo.
Aún cuando todavía esté en investigación, esta historia nos deja varias lecciones sobre cómo opera el acoso sexual en el trabajo, las relaciones de poder, la forma en la que deberíamos contestar, y los estereotipos/prejuicios que se presentan alrededor de este tema. En esta entrada quiero concentrarme específicamente en tres de ella:
1.- El sesgo de la víctima perfecta y la “reiterancia” del acoso sexual
La carta de Gómez Restrepo está plagada de elementos que alimentarían un taller de largas horas sobre acoso sexual laboral. Voy a destacar dos:
- Al narrar los hechos del 31 de octubre de 2022 (cuando ocurrió el beso sin consentimiento), el expresidente de Asobancaria señaló que Sarmiento entró a su oficina “disfrazada de gata con maquillaje y una malla y trusa de cuerpo entero”. Si bien la misma Sarmiento ha probado que esa afirmación es falsa, ¿por qué es relevante destacar qué llevaba puesto la denunciante? Detrás de esta afirmación se esconde un prejuicio muy presente en este tipo de casos: la idea de que las víctimas deben encajar en un molde de inocencia y puridad sexual, por lo que cualquier “escape” de ese molde, nos lleva a dudar de la credibilidad de ellas; esto es, el sesgo de la víctima perfecta. Sin embargo, como la misma Sarmiento indicó, ella pudiera haber entrado a “esa oficina en bikini y [Gómez Restrepo] no tenía ninguna justificación” para besarla sin su consentimiento. En esta entrada podrán encontrar una mayor explicación de cómo opera este sesgo, sus efectos nocivos y de qué manera se puede mitigar.
- En la misma carta que venimos comentando, se señala que “este hecho fue puntual y único, en el contexto de un saludo y no constituye un hecho persistente ni repetido”. ¿Qué está detrás de este argumento? Validar la idea de que el acoso sexual laboral ocurre únicamente cuando se trata de conductas repetidas y sistemáticas. Y si bien en este caso hay evidencia que sugiere que, en efecto, se ha tratado de un caso reiterado, lo cierto es que hay situaciones donde no será necesario que las conductas sean continuas para estar frente a un caso de acoso sexual (justamente, como un beso en la boca sin consentimiento).
2.- Los terceros espectadores tienen un rol
Un aspecto de la noticia que me llamó mucho la atención es que por lo menos dos personas más de la institución sabían lo que venía ocurriendo, pues Sarmiento les contó varios de los hechos que vivió. Hoy sabemos que una de las estrategias más efectivas para prevenir el acoso sexual laboral pasa por involucrar a los testigos de este tipo de casos (bystanders), buscando que pasen de un rol pasivo (de solo mirar lo que sucede) a uno activo, donde conozcan y empleen las herramientas con las que cuentan para poder detener este tipo de situaciones.
Ello parte por reconocer que el acoso sexual laboral es un problema estructural que encuentra sus orígenes en una serie de patrones sociales con los que interactuamos y a veces hasta replicamos. Frente a ello, al conocer casos de este tipo elegimos o mantenernos al margen (y de manera omisiva contribuir a que siga sucediendo) o involucrarnos en su detención y prevención. Este enfoque es conocido como el bystander approach y en esta entrada puedes conocer un poco más sobre cómo implementarlo en tu organización.
3.- El acoso sexual laboral es un problema que escala e impacta gravemente
Este caso permite identificar cómo el acoso sexual laboral es un problema que va escalando. No necesariamente iniciará con un tocamiento indebido o un beso en la boca no consentido. Puede empezar con un comentario de contenido sexual, una broma, puede pasar de ahí a algunas invitaciones a salir y, en esa línea, continuar con el escalamiento hasta llegar a las formas más intensas de este problema. Eso es justamente lo que sucedió en este caso: durante meses la trabajadora recibió mensajes sobre su apariencia física, insinuaciones cada vez más explícitas, invitaciones a salir y, al final, culminó con el acto que desencadenó su denuncia.
El tema es que esos actos iniciales de acoso sexual son justamente las formas más toleradas por las personas y las más difíciles de identificar. De ahí que sea necesario comprender que el acoso sexual laboral es un problema integral, que tiene sus raíces no solamente en el deseo o libido, sino en las relaciones de poder; y que puede presentarse tanto a través de ese tipo de conductas físicas, como también a través de comentarios o insinuaciones más sutiles. En esta entrada usamos la metáfora del iceberg para representar cómo interactúan estas distintas manifestaciones y de qué manera se pueden abordar efectivamente.
Para concluir, este caso también nos permite observar el terrible impacto que desencadena este problema. La trabajadora no solo tuvo que renunciar, sino que hasta el día de hoy continúa enfrentando una serie de estigmas relacionados a la denuncia que presentó meses atrás. Reconozcamos que estamos frente a uno de los principales problemas en los centros de trabajo y que todos y todas tenemos un rol para prevenirlo. Desde esta columna y este blog, nos solidarizamos con Maria Clara Sarmiento y esperamos que encuentre justicia y que las autoridades cumplan con su rol.
*Para conocer data ELSA Colombia 2022 sobre acoso sexual laboral, puedes hacer click aquí. Encontrarás información sobre prevalencia, principales manifestaciones, consecuencias, etc.