El Acoso Sexual afecta más a las mujeres afroperuanas: Esto es lo que dice ELSA
Tal vez muchos no sepan esto, pero buena parte de los avances para prevenir el acoso sexual fueron liderados por mujeres afrodescendientes. La activista Tamara Burke es quien da origen al #MeToo, movimiento global que impulsa a las mujeres a contar sus historias de acoso y abuso y a darse apoyo mutuamente. Tres décadas antes Anita Hill testificaba contra el Juez Supremo de los Estados Unidos Clarence Thomas y Michelle Vinson era la primera mujer en lograr que su caso de acoso sexual (caso Meritor) llegue a la Corte Suprema.
Acoso sexual y la lucha contra el racismo son dos temas que no sólo están ligados por la historia, en la actualidad nos ponen una realidad que aún debemos atender. Los estereotipos que operan sobre las personas afrodescendientes se traducen en una mayor incidencia de acoso sexual en los espacios de trabajo y en una prevalencia marcada de ciertas manifestaciones, especialmente las relacionadas con la sobresexualización del cuerpo y la presunción de disponibilidad sexual.
Estamos en el mes de la cultura afroperuana y quiero aprovecharlo para compartir algunos insights de la data ELSA sobre acoso sexual en el trabajo y las experiencias de esta comunidad. El año pasado saldamos una deuda de interseccionalidad y desde entonces todas las mediciones de ELSA incluyen un corte por autoidentificación étnico - racial. Estos son algunos de nuestros hallazgos.
Mayor incidencia: La prevalencia de acoso sexual en personas afrodescenientes es 33% más alta que en personas que se autoidentifican como mestizas o blancas. Si estas últimas reportan estas experiencias en un 18%, aquéllas lo hacen en 24%.
Sobresexualización: En el trabajo, a las personas afroperuanas las miran morbosamente, les hacen comentarios sobre sus cuerpos y son foco de “bromas” en doble sentido. Las objetivizan y sexualizan. Sí, también le pasa a otras personas, pero a ellas les pasa más.
Con la data ELSA encontramos que el 61% de las personas afroperuanas enfrentan comentarios o bromas de contenido sexual en el trabajo, frente a un 53% de las que se identifican como mestizas. 20% más. Si son mujeres, este último porcentaje sube al 30%.
Algo similar pasa con los comentarios sobre la apariencia física y las miradas persistentes con connotación sexual, ambas llegan a tener una incidencia 25% más alta en personas afrodescendientes. Y si nos enfocamos en la experiencia de las mujeres, la prevalencia de las miradas obscenas es 70% más alta que el promedio general de personas blancas o mestizas.
Disponibilidad sexual: La presunción de disponibilidad sexual es otro estereotipo alrededor de las personas afrodescendiente que también se materializa en experiencias de acoso sexual en el trabajo. Les hacen de manera insistente invitaciones a salir y esta insistencia se complementa con interacciones por redes sociales que describen como incómodas. También están expuestas a que toquen más sus cuerpos.
Con ELSA encontramos que las mujeres afroperuanas, en comparación con mujeres mestizas o blancas, enfrentan hasta en un 50% más invitaciones reiteradas a salir por parte de sus compañeros de trabajo o jefes, a pesar de que no aceptaron o rechazaron invitaciones previas. El 31% de aquellas confirmó esta experiencia, frente al 20% de las que se auto identificaron como blancas o mestizas.
Encontramos además que esta conducta se correlaciona con contactos reiterados por redes sociales o aplicativos de mensajería que no tenían fines laborales y que las incomodaron. El 26% de las mujeres afroperuanas identificó esta conducta, en comparación con el 15% de mujeres blancas o mestizas. Es una diferencia de casi el 75%.
Además, y aunque los porcentajes son más bajos por la gravedad de la conducta, las mujeres afroperuanas están doblemente expuestas a que en el trabajo toquen o rozen zonas privadas de sus cuerpos. 5% reportó esta experiencia en comparación al 2% de mujeres blancas o mestizas.
Todas las expresiones de acoso sexual que he mencionado acá no deberían tener cabida en los espacios de trabajo, ni en ningún otro en realidad. Pero así como hay que reconocer esto, también hay que reconocer que el racismo empeora la situación para las personas afrodescendientes, especialmente las mujeres. Reconocerlo permitirá tomar acciones específicas que hagan más efectivo un sistema de prevención frente al acoso sexual.
Estas son algunas de las medidas que se pueden tomar:
- Realizar diagnósticos de prevalencia de acoso sexual (obligatorios por ley en Perú cada año) con cortes por auto identificaicón étnico racial.
- Cuidar la representación en las campañas internas de comunicación que se hagan sobre este tema.
- Incluir ejemplos de manifestaciones de acoso más preponderantes para las personas afrodescendientes en las capacitaciones internas.
- Capacitar a quienes lideran equipos para que puedan responder frente a situaciones de acoso sexual con un enfoque de género, interseccional y multicultural.
- Capacitar sobre racismo, más allá del acoso sexual, esta es una forma de discriminación que sucede mucho y de la que debemos conocer más.
Uno de los peores errores que podemos cometer es pensar que esto no pasa en nuestra organización o que aspectos como la raza no van a jugar un rol perjudicial. Estas son cosas que lamentablemente ocurren de manera constante en nuestra sociedad y si no lo abordamos de manera expresa nuestras organizaciones no tienen por qué ser la excepción.