Con nombre propio
Artículo publicado el 8 de marzo de 2023 en el Diario Gestión.
“Mucha gente se preguntará si ustedes dos se reúnen sólo porque tienen edades parecidas y un montón de cosas en común, cuando entraron en política, etcétera …”. Esta fue la pregunta que en noviembre del año pasado un periodista neozelandés le hizo a la -en ese momento- primera ministra de su país, Jacinda Ardern, y a su homóloga, la primera ministra de Finlandia, Sanna Marin. La respuesta de ambas fue contundente. Marin respondió de forma directa señalando que se reunían porque eran las primeras ministras de sus países, mientras que Ardern preguntó si alguien alguna vez le había preguntado a Barack Obama y Jhon Key (predecesor de Ardern) si se reunían sólo porque tenían edades parecidas. Evidentemente no.
Esta no era la primera vez que las mandatarias recibían este tipo de preguntas. Ardern era y Marin es de las pocas jefas de gobierno mujeres del mundo, además entre las más jóvenes. Estos elementos gatillan una serie de sesgos inconscientes que hacen que aún hoy, en pleno siglo XXI el imaginario colectivo esté impregnado de una presencia masculina cuando de posiciones de liderazgo se trata, ya sea a nivel político, como también en el ámbito privado. De hecho, el reciente estudio de LLYC -Mujeres Sin Nombre- sobre los avances en la presencia de la mujer en medios de comunicación, nos permite poner en números esta situación y dimensionar la problemática.
De acuerdo al reporte, aún hay 2.5 veces más noticias sobre hombres que sobre mujeres en los medios de comunicación. Y cuando las noticias incluyen mujeres, hay algunas tendencias interesantes de observar. Por ejemplo, la misma investigación encontró que la mención explícita al género es 2.3 veces más frecuente en el caso de las mujeres que en el caso de los hombres, siendo especialmente marcado cuando se habla de talento, liderazgo o deporte. De hecho, yo lo he hecho de manera intencional en este artículo y lo más probable es que la referencia haya pasado inadvertida. La frase a la que me refiero está en cursivas en el párrafo anterior: “jefas de gobierno mujeres”.
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