Narración desde ambas perspectivas: una herramienta para identificar el acoso sexual laboral

Por Hana Quiros. Coordinadora ELSA.

“Si yo fuera ella, le hubiera puesto el pare desde la primera invitación a salir.”
“Yo jamás me hubiera quedado callado si me hubiesen estado haciendo esos comentarios."
“De estar en una situación similar, yo definitivamente hubiese denunciado.”

Cuando escuchamos un relato de hostigamiento o acoso sexual laboral, solemos hacer comentarios sobre lo que nos parece que debió haber hecho la persona que experimentaba la situación. Se nos ocurren miles de ideas acerca de cómo debió haber rechazado las conductas inapropiadas, cómo debió haber confrontado a la persona que hostigaba o cómo debió haber alertado al área de recursos humanos de la organización. De manera natural y casi inmediata pensamos también en cómo hubiéramos reaccionado nosotros/as mismos/as si nos hubiese tocado vivir esa misma situación. Pensamos “yo, en sus zapatos, hubiera mostrado con claridad que no estaba interesada”.

Pero ponerse en los zapatos de una persona no es tarea fácil.

Es una práctica que hacemos frecuentemente en nuestro día a día con cualquier anécdota o cualquier ámbito de nuestras vidas. Nos ponemos en los zapatos de las personas, pero no necesariamente en su contexto. Sobre ello, el Banco Interamericano de Desarrollo ha diseñado un juego virtual para ponerse en los zapatos de otra persona por una semana y vivir experiencias de ciertos colectivos. Se trata de un juego basado en historias reales en el que mediante el uso de videos, audios, e imágenes te permiten percibir o interpretar lo que otras personas sienten e, incluso, cómo piensan. Recursos como este nos ayudan a practicar la verdadera empatía al insertarnos en las diferentes realidades de las personas.

Cuando hablamos de hostigamiento o acoso sexual en el trabajo, tenemos que hacer lo mismo. Si nos vamos a poner en los zapatos de la víctima (sobre todo si la estamos responsabilizando por la situación), no lo podemos hacer como nosotros/as mismos/as. Tenemos que interiorizar todas las características de esa persona: su género, su edad, su nivel jerárquico, etc. Sin embargo, si no conocemos cómo se relacionan estas características con la problemática, esta tarea se vuelve aún más difícil. Es por ello que necesitamos conocer más acerca de cómo se viven estas situaciones en nuestras organizaciones.

La herramienta ELSA (1) nos ha permitido conocer las distintas actitudes, entendimientos y experiencias que las distintas personas tenemos en relación al hostigamiento o acoso sexual laboral. Con información de más de 32 mil personas en más de 35 organizaciones peruanas, sabemos que las principales barreras para la denuncia en mujeres están asociadas al miedo y a la vergüenza mientras que en los hombres se asocia a no ver la denuncia como algo necesario. Tener este tipo de información específica sobre nuestra organización nos ayuda a ponernos en los zapatos de las personas con empatía basada en evidencia.

Es así que es sumamente importante que cuando tengamos que analizar una denuncia y determinar si es o no efectivamente una situación de hostigamiento o acoso sexual laboral, tengamos estas variables en mente. Una herramienta que proponemos en nuestros espacios formativos ELSA y que puede ayudar en este sentido es la narración desde ambas perspectivas. Se trata de narrar el caso en voz alta y en primera persona desde las dos posiciones: 1. Desde la posición de la persona denunciada y 2. desde la posición de la persona que denuncia. Hacer estas narraciones opuestas nos obligará a ponernos en los zapatos y en el contexto específico de cada persona. Tenemos que contar lo sucedido incorporando todas las características de la persona en cuestión: su género, su edad, su antigüedad en la organización, su nivel jerárquico, etc.

Por ejemplo, pensemos en una denuncia por invitaciones reiteradas - y no deseadas - a salir a pesar de no recibir una respuesta positiva. Antes de imaginarnos las respuestas que “debió” haber tenido la víctima para evitar la situación y poner la responsabilidad en ella, narremos la situación desde su perspectiva. Recordemos la data que nos explica cómo se puede haber sentido y qué razones puede haber tenido para actuar de una u otra manera. Luego, narremos la misma situación desde la perspectiva de la persona acusada. Probablemente veamos que la intención que tuvo no cambia los hechos denunciados y el impacto que tuvieron en la víctima. Este ejercicio nos enseña entonces a no poner el foco en las reacciones o intenciones de las personas sino en los hechos y la naturaleza de los actos denunciados. Nos ayuda a ponernos en los zapatos de los y las demás; pero con el mismo pie, recorriendo el mismo camino y cargando la misma maleta.

Para conocer acerca de otros hallazgos y herramientas que nos permiten eliminar mitos sobre el hostigamiento o acoso sexual laboral e identificar mejor estas situaciones, GenderLab ha publicado una serie de informes con información recogida mediante ELSA. Los pueden revisar aquí: https://www.genderlab.io/#recursosdeimpactosocial

También contamos con Galería ELSA, una serie de testimonios que pueden ayudarnos a saber/reconocer la perspectiva de las personas que pasan por situaciones de acoso sexual laboral, en primera persona.

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(1) ELSA - Espacios Laborales Sin Acoso, desarrollada por GenderLab con el apoyo y financiamiento del BID https://elsa.genderlab.io/